Ando leyendo minuciosamente cada palabra, insinuación, reflexión y subtexto del libro Sinuhé el Egipcio, una historia que se desarrolla en los tiempos del Faraón Amenhotep III y de su hijo Akenatón, y que nos muestra el punto de vista de un médico que se ve obligado a huir hacia Siria, desde donde hace un recorrido a través de lo que era el mundo conocido en ese entonces, alrededor del 1350 a.e.c., y que desde la primera página del texto hace un apunto bastante inquietante pero certero: pase el tiempo que pase, las culturas que pasen el mundo seguirá siendo el mismo, y la forma de comportarse de las personas no cambiará.
Es inquietante y real, el analizar costumbres sociales, religiosas y políticas de hace más de 4 mil años y darse cuenta que además de los aportes científicos y tecnológicos el mundo sigue siendo igual, está estancado socialmente.
Aunque haya pasado la Revolución Francesa y la de Mayo del 68, el comportamiento socialmente del hombre sigue siendo el mismo del antiguo Egipto, de las culturas babilónicas, hititas y cretenses. Las mismas dudas, los mismos ritos mortuorios y los mismos dioses (o dios) sin mayores cambios.
Es angustiante que después de tanto tiempo la sociedad aún siga siendo intolerante, abusiva y machista; ¿que ha habido cambios? Sí, pero con respecto a la barbarie heredada en la edad media que tiene su trasfondo desde las bárbaras costumbres del imperio Romano, legada a través del cristianismo a una sociedad reprimida por el clero en la nueva civilización occidental, Europa, la cual durante este tiempo no represento un verdadero avance a la sociedad, sino que alimentó el oscurantismo durante la edad media, en donde el pueblo era arrasado por la supuesta sangre azul y el poder en manos de la iglesia, en donde la pluralidad era castigada con la orca y el fuego, incluso hoy con el rechazo y el señalamiento.
Hoy más de 4 mil años después de sociedades antiguas que respetaban a la mujer, que inventaron la escritura y que inventaron los primeros mitos religiosos, hay mucho analfabetismo, maltrato contra los débiles y todavía se juzga a quien cometa la osadía de no bautizar a sus hijos o de no profesar ninguna religión, aunque en el papel político se proteja la libertad de pensamiento.
El mundo sigue siendo la misma mierda (y pido excusa por la primera expresión grosera en mi blog) y la gente sigue teniendo las mismas dudas de hace 6 mil años, más moralista e igual de crédula, llena de supercherías y un montón de mitos que ya ni siquiera sabe donde nacieron o por qué deben seguir creyendo en ellos.
Nuestra sociedad sigue estancada en el atraso del pensamiento, aunque hayan descubierto el genoma humano, que hay más sistemas solares y lo infinito del universo, aunque el Internet nos acorte distancias y tiempo a la hora de comunicarnos, seguimos siendo una cultura completamente enfrascada en dogmas, en paradigmas y en esquemas.
Hubo un faraón egipcio que fue tildado de loco porque contrarió la religión de la época, adorando un nuevo dios llamado Atón, cuyas cualidades y características son sorprendentemente similares a la del dios judeo-cristiano-musulman. Y hubo una tribu salvaje que vivía en el desierto que robaba aldeas por comida, la cual era llamada Khabiri, quienes adoraban a un dios de madera llamado Jehová o Jevú. Ambos anteriores al faraón Ramses II en cuyo gobierno fue el éxodo hebreo en manos de Moisés, quien creció, se educó con la concepción de la cultura egipcia.
Todos los datos referenciados están apoyados en múltiples lecturas.
Es inquietante y real, el analizar costumbres sociales, religiosas y políticas de hace más de 4 mil años y darse cuenta que además de los aportes científicos y tecnológicos el mundo sigue siendo igual, está estancado socialmente.
Aunque haya pasado la Revolución Francesa y la de Mayo del 68, el comportamiento socialmente del hombre sigue siendo el mismo del antiguo Egipto, de las culturas babilónicas, hititas y cretenses. Las mismas dudas, los mismos ritos mortuorios y los mismos dioses (o dios) sin mayores cambios.
Es angustiante que después de tanto tiempo la sociedad aún siga siendo intolerante, abusiva y machista; ¿que ha habido cambios? Sí, pero con respecto a la barbarie heredada en la edad media que tiene su trasfondo desde las bárbaras costumbres del imperio Romano, legada a través del cristianismo a una sociedad reprimida por el clero en la nueva civilización occidental, Europa, la cual durante este tiempo no represento un verdadero avance a la sociedad, sino que alimentó el oscurantismo durante la edad media, en donde el pueblo era arrasado por la supuesta sangre azul y el poder en manos de la iglesia, en donde la pluralidad era castigada con la orca y el fuego, incluso hoy con el rechazo y el señalamiento.
Hoy más de 4 mil años después de sociedades antiguas que respetaban a la mujer, que inventaron la escritura y que inventaron los primeros mitos religiosos, hay mucho analfabetismo, maltrato contra los débiles y todavía se juzga a quien cometa la osadía de no bautizar a sus hijos o de no profesar ninguna religión, aunque en el papel político se proteja la libertad de pensamiento.
El mundo sigue siendo la misma mierda (y pido excusa por la primera expresión grosera en mi blog) y la gente sigue teniendo las mismas dudas de hace 6 mil años, más moralista e igual de crédula, llena de supercherías y un montón de mitos que ya ni siquiera sabe donde nacieron o por qué deben seguir creyendo en ellos.
Nuestra sociedad sigue estancada en el atraso del pensamiento, aunque hayan descubierto el genoma humano, que hay más sistemas solares y lo infinito del universo, aunque el Internet nos acorte distancias y tiempo a la hora de comunicarnos, seguimos siendo una cultura completamente enfrascada en dogmas, en paradigmas y en esquemas.
Hubo un faraón egipcio que fue tildado de loco porque contrarió la religión de la época, adorando un nuevo dios llamado Atón, cuyas cualidades y características son sorprendentemente similares a la del dios judeo-cristiano-musulman. Y hubo una tribu salvaje que vivía en el desierto que robaba aldeas por comida, la cual era llamada Khabiri, quienes adoraban a un dios de madera llamado Jehová o Jevú. Ambos anteriores al faraón Ramses II en cuyo gobierno fue el éxodo hebreo en manos de Moisés, quien creció, se educó con la concepción de la cultura egipcia.
Todos los datos referenciados están apoyados en múltiples lecturas.