viernes, septiembre 16, 2011

“IN LAK’ECH” - “HALA KEN”

He aprendido que es un gran error pretender juzgar a alguien desde mí mismo. Es egocétrico pretender que mi visión de mundo es el correcto; y sería desconocer que Yo mismo soy producto de un si fin de circunstancias en todas las dimensiones, que me han ido moldeando hasta hoy.

Cómo alguien con una realidad diferente, incapaz de comprender la realidad desde el otro va a poder valorar las motivaciones que lleven a una persona a decidir lo que viste, lo que escucha, lo que ve, lo que siente y cómo lo expresa. Hemos reflejado en nosotros todo aquello que nos ha marcado y desde nosotros evaluamos al otro.

Se ha dicho de todo en la Filosofía, en la Física, en la Química, pero todo ajeno al interés humano, la alteridad, la energía y el átomo, los tejidos glucosos, la célula y los elementos, son puros academicismos que aunque se dan por verdades indiscutibles hablan poco del sentir del Ser. Tal vez porque no nos importa, nos es más cómodo seguir obedeciendo a nuestro animalismo y al fuerte ego que nos mantiene a fuerza de máscaras frente al otro.

¿Qué significa para un ser humano saberse átomo y todo lo que eso conlleva? Nuestras ansias de poder no nos permite ser en el otro, escuchar al otro, sentir a través del otro, de que nos sirve tener en nuestra lengua la palabra Otredad. Somos todos hechos a base de carbono y no nos sentimos hermanados con el árbol.

Quienes se creen Ateos aveces se enceguecen con el ego, sin Dios pero sus preceptos morales devienen de los preceptos religiosos, a través de ellos siguen señalando al otro. De la misma forma los religiosos llevan un Dios en la boca que no se ven en las manos, ni en los ojos, se pierde el sentido de la humanidad cuando pone a prueba el egoísmo.

¿Qué verdad es la que se defiende? ¿cuáles son los parámetros dados para afrontar la existencia, los sociales, quien los dio?: otros hombres antes de nosotros, guiados en ese entonces por sus preceptos religiosos. 


Todo nuestro sistema social es artificial, concepto de bien y de mal, de honorable y bajeza, nuestros pudores. Ha sido desde la percepción del mundo de los anteriores patriarcas que se han hecho nuestras leyes, nuestras creencias, nuestra razón en la sociedad, en el sistema. ¿Por qué dudar del sentir religioso y no del social, si ambos han crecido de la mano?

En el Siglo XXI los científicos y filósofos de la razón siguen pensando como sus colegas del Siglo XIX, dueños de una verdad y ciegos a la nueva etapa, dejando sólo en teoría lo que no han sido capaces de asumir con el corazón, con la fuerza interna.

Esos genios europeos de hace 2 siglos, nos hicieron creer que ellos eran el modelo a seguir, reafirmando la idea de lo salvaje en lo que les fuera "inferior" tanto social como intelectual. La historia ha vilipendiado a la Cultura Maya, llamándolos salvajes adoradores de dioses que pendían sacrificios humanos; pero los Mayas desaparecieron alrededor del año 900 después de la era común. Fueron los Mexicas quienes se relacionaron con los españoles. Afirman de imágenes de sacrificios en sus tallas de los estadios de los juegos de pelota, en las cuales se ofrece un corazón al cielo o hay cuerpos sin cabeza, apelando a la literalidad y olvidando la simbología, parece que los hombres de razón no conocen el lenguaje del Arte.
In lakéch (Yo soy otro tú), saludaba un hombre maya.... Hala ken(Tú eres otro yo), le contestaba el otro. Ellos se reconocían en la alteridad, sabían que eramos diferentes manifestaciones de la misma energía, del mismo universo, átomos en diferentes combinaciones, reflejos de una misma conciencia.

Se debe ver hacia adentro, caminar a través de los espejos, arriesgarnos a reconocernos sin temor, sin justificarnos ni engañarnos, acoplar el pensamiento con la palabra y la acción.

Namárië