domingo, febrero 17, 2008

No es eternamente verde

En donde yo nací y crecí durante un buen tramo de mi existencia, el Valle del Sinú, la época de no lluvia no afecta tanto el paisaje, salvo en el aumento de polvo en las calles sin pavimentar y los grandes playones de arena que aparecen cuando el río bajo de nivel.

En donde trabajo actualmente, que es al norte del departamento y que yo he llamado Dînimlad ‘Valle del Silencio’, todo cambia drásticamente durante esta época del año, la gran parte de los árboles pierden sus hojas y algunos de ellos como el Mata ratón y el Roble, se llenan de flores rosadas que se encargan de tapizar el suelo de su alrededor.

Da una ligera sensación de otoño y muy pronto florecerá otra de las bellezas que se encuentra en esta zona, el árbol llamado Polvillo, cuyas flores amarillas parecen que resplandecieran con un tono ligeramente dorado, que espero tener el placer de posteralo aquí más adelante.

El paisaje deja de ser verde y se torna en diferentes tonos tierras, dando una sensación de desolación y soledad. El suelo se agrieta y entre más tiempo demoren en aparecer las lluvias más grandes se harán las hendiduras en las cuales llegan a caber el pie de una persona.

El agua para consumir sigue siendo adquirida en los pozos o represas que tienen
construidas los
habitantes de esta zona en sus porciones de tierra, la cual sigue disminuyendo hasta que a fines de marzo o a principios de abril retornen las lluvias y vuelva a bañar las lomas y los pequeños valles que encierran y que son cruzados por fuertes arroyos que sacan el agua hasta el mar, ubicado a 12 kilómetros separado por una alta cadena de cerros.

domingo, febrero 10, 2008

El "Amigo del Mar"

Eres bendito entre todas las estrella hijo mío, pues ahora me toca mirar hacia el firmamento para poder verte.

Eärendil, el amigo del mar, que un día como yo te alejaste de las tierras mortales en busca de tu destino, acompañado de tu amada Elwing, para sumergirte en la noche.

En tu frente pende uno de los Silmaril, única joya que conserva aún la luz de lo árboles de oro y plata, y que hace posible que te pueda ver en la primera hora de la mañana y en la última de la tarde, “Estrella de la Esperanza”.

Huyendo de la negra guerra te aventuraste a través de las islas encantadas hacia las Tierras Imperecederas, en donde un pesado destino te fue puesto por tu osadía. Y tu barco Vingilot, “Espuma de mar”, fue bendecido y reconstruido para viajar por el espacio intemporal, flamante como las estrellas herrando por los cielos.

Triste es el destino de quienes logran encontrar la paz del corazón errando por el mundo, lejos de las personas amadas quienes prefieren la quietud a la incertidumbre del vagabundeo.

Y así fijó su destino la amada Elwing, quien moró en la Torre Blanca, resguardando las aves que necesitaran reparo, aprendiendo de ellas sus lenguas y la forma de volar, y fue así que por el amor que sentía hacia ti, alcanzó a tener alas blancas y grises, para volar hacia tu encuentro las veces en que te cansas de los cielos y regresas a la Tierra de donde provienes.

Se dice entre los elfos de la Isla Solitaria (Tol Eressëa) que Elwing se alcanza a ver a lo lejos como un ave blanca resplandeciente, teñida de rosa por el crepúsculo, cada vez que se eleva dichosa a recibir a su amado Eärendil quien regresa en el celestial Vingilot.