A veces he pensado que debe haber una etapa en la vida en la que el Ser y el Deber ya no tienen que enfrentarse, y cuando creo que ya está superada me doy cuenta de lo contrario.
Cuando crees que puedes tomar decisiones libremente con respecto a lo que estás planeando para tu futuro, aparece siempre el problema Las Aprobaciones, y más cuando estas vienen de personas a las que de una o de otra forma les debes el tener que escucharlas y contradecirlas en lo más mínimo posible.
Hace poco comenté en un Foro que no soy de los que subestima la edad para determinar niveles de conocimientos, no siempre los más poseedores de años siempre tienen la razón, pero nuestra sociedad y costumbres no dicen lo contrario, los jóvenes siempre piensan apresuradamente, o no están seguros de lo que quieren (porque lo afirman con vehemencia), y además planean sobre la vida de ellos.
Junto a esto hay muchos casos más en otros campos del desarrollo personal, porque te enfrentas a los sistemas estipulados y a estigmatizaciones que llevan a chocar con el Ser Común: como se comporta la gran mayoría de la población y el permiso a desviarse sólo unos cortos parámetros; usted cree que tiene la verdad y usted piensa equivocadamente porque no piensa como nosotros y el resto de la Sociedad, su forma de ver el mundo es errada.
Son las cuestiones del Deber (como Debo comportarme) y es ahí donde comienzan los enfrentamientos con el Ser, con el que quiere ser y vivir y permitirse dueño absoluto de sí mismo, de su verdadera responsabilidad, su vida.
El permitirse vivirla en armonía con su interior y buscar la felicidad sin dejar que las secuelas del Deber le ponga un grillete a las alas.
Recomendado
‘El Libro de Los Cuentos Perdidos I’ era un texto que quería leerme desde hace tiempo, había tenido la oportunidad de leer la segunda parte en el computador sin haber podido hacerlo con el Tomo I, debido a que ni siquiera lo había podido adquirir en formato digital, hasta que en el último Concilio en Elenosto (Bogotá) pude conseguirlo prestado (gracias Rowan).
‘El Libro de Los Cuentos Perdidos I’ es un texto que considero no debe ser leído por quienes no tengan referencias anteriores de la obra de John Ronald Reuel Tolkien, puesto que a mi parecer el mismo libro es una obra para quienes les interese conocer a profundidad el trabajo de creación de la Tierra Media.
Es necesario haber leído ‘El Hobbit’, ‘El Señor de Los Anillos’ y ‘El Silmarillion’ para poder llegar a él, tener conocimiento del desarrollo del mundo fantástico, debido a que enfrentarse al Libro de Los Cuentos Perdidos es encontrarse con mitos arcaicos de las grandes historias de la Tierra Media.
En la obra Christopher Tolkien recopila los manuscritos en los que su padre, a lápiz o en tinta, esbozó la primera estructura narrativa de su obra; es encontrarse con versiones beta de una historia, conocer de cerca el inicio de las ideas que permitieron que naciera el mundo fantástico en su mente y del como evolucionaron al llegar a versiones finales.
De igual forma es encontrarse con nuevas informaciones que ayudan a estructurar más las leyendas de la “Tierra Media” y de “Valinor”, puesto que a lo largo de la obra se descubren detalles que por lo extenso no sobrevivieron a la versión de ‘El Silmarillion’, el cual buscó resumir en un solo libro las antiguas leyendas que preceden a ‘El Señor de Los Anillos’.
Definitivamente es un Libro recomendado para interesados en continuar con el estudio de la obra del Profesor, puesto que abre nuevas perspectivas de la misma y amplía un poco más la visión de la creación de la misma dentro de la mente del autor.
Para culminar concluiré con una cita del libro, acerca los detalles que hay en los Cuentos Perdidos que no se dicen en El Silmarillion ni en ninguna otra historia posterior. En el Libro de Los Cuentos Perdidos I en la página 112, en el Capítulos de La Llegada de Los valar, en la parte V del comentario titulado Las Moradas de Los valar, Christopher Tolkien dice:
"Esto no significa que todas esas imágenes fueran definitivamente abandonadas; como he dicho en el Prefacio, Los Cuentos Perdidos fueron seguidos de una versión tan comprimida que no era más que un resumen (ese era el propósito), y de él surgió el posterior desarrollo de la mitología: un proceso de reexpansión. Muchas cosas a las que no hubo nueva referencia después de los Cuentos Perdidos, pueden haber seguido existiendo en estado de suspensión, por así decir (...)"
3 comentarios:
En el primer tema, tienes toda la razón. Parece que uno nunca podrá quitarse de encima el hecho de valerse de alguien más, tanto para comentar algo como para aprobarlo. Es decir, pareciera, Tuor, que jamás seremos autónomos, en el sentido en que planteas que quisieras ser.
En cuanto a Tolkien, me llama gratamente la atención, que para tí hay un sentido de "estudio de la obra del Profesor". Sería súper interesante que un colombiano pudiera escribir con semejante viveza a la del viejo maestro. (¿Cómo se llaman los que escriben versiones de autores favoritos? Los que han escrito "versiones paralelas" de Harry Poter, por ejemplo.) Saludo.
fanzine
o fanfiction, creo
el deber ser de cada uno es dormir comer y comer cagar y al final de todo, morir
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