Odio que no seas como el agua, odio que ni siquiera adores la lluvia, odio que seas terrenal como lo que más odio.
Que hacer para poder encontrar la forma de llegar hacia las verdes praderas en donde descansas, y enseñarte a valorar las fuentes que te rodean.
Que hacer para mostrarte el mundo y que no te de miedo de él, que mires la parte oscura y en vez de huir te deleites, como solo tu cuerpo te puede permitir hacerlo.
Una y mil veces bajo mis debiles deseos veo tu imagen bailar con el polvo y el calor, veo tu imagen limpia y aún sana desfilar por los bordes de la locura, y no veo tu alma caminar hacia mi, por los empedrados caminos que te construyó la vida, hacia la suave locura que te espera a mi lado.
Ven y conviertete en mi calmante, aunque despues yo abra los ojos y me de cuenta que no eras todo lo que esperaba; pero con mi deseo satisfecho.
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