Ella entró en mi cuerpo y fue el único instante que bastó para que yo le perteneciera para siempre.
Junto a ella caminé por caminos que se convirtieron en los senderos de Núnca Jamás, y no hubo campanas ni campanitas que me hicieran volverme ni huir de su lado.
Muchas veces necesité alas, y ella me las proporcionó, anduve detrás de sueños que sólo con ella alcancé, hoy quiero dedicarle una parte de mi vida, así como me dedica su escencia.
Cuando ella entró en mi cuerpo bastó un sólo instante para ser feliz, y en muchas aventuras anduve, y muchas canciones canté, junto a enanos y elfos la aventura comencé.
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